segunda-feira, 8 de abril de 2013

Amo ser actor !!!

 
Actor brasileño José Pereira de Abreu. Foto: Roberto Suárez


La política y el arte son las más grandes pasiones de Jose Pereira de Abreu, quien interpreta el personaje de Milton Castellani en la tenovela brasileña Insensato corazón

Dos pasiones mueven la existencia del afamado actor brasileño José Pereira de Abreu: la actuación y la política. Cuando se trata de ellas, su corazón se vuelve tan «insensato», como el de los personajes de la popular telenovela donde él interpreta a Milton Castelani, y que ahora transmite Cubavisión, en su horario estelar de los martes, jueves y sábado.
Bueno, a decir verdad, existe una tercera pasión en José de Abreu, como se le conoce en el mundo del arte: las redes sociales en Internet, y especialmente Twitter, que le permitió ponerse en contacto con Roberto Suárez, fotorreportero de JR, quien a su vez facilitó esta entrevista, cuando supo que el Nilo de Avenida Brasil, el último gran exitazo de Red Globo, vendría a Cuba.
Aprendió el español escuchando tangos y boleros de los años 50, 60. Todo parece indicar que posee cierta facilidad para los idiomas, porque se desenvuelve con soltura con el italiano, el francés, el inglés, y jamás estudió lenguas. «Si me propongo hablarlas bien, enseguida comienzo a cometer errores (sonríe)».
—¿Y algún bolero que le guste especialmente?
—Infinidad de ellos: El reloj, Bésame mucho, Quizás, quizás, quizás... Pudiera darte una lista de 50, igual que de tangos. En la penúltima obra teatral en la que participé, yo comenzaba cantando Cambalache. El mundo fue y será una porquería/ ya lo sé/ en el quinientos seis/ y en el dos mil también... (su voz suena bien afinada). Cambalache le venía ideal a esta pieza que hablaba de corrupción, de ética, de política, cosas como esas...
«Ahora estoy haciendo otra obra teatral que se llama Bonifácio Bilhões, que también discute sobre ética, sobre la honestidad y el poder, a partir de la relación entre un economista, profesor universitario y escritor, que va constantemente a la lotería, y un joven vendedor de dulces. En una ocasión, este, Bonifácio, le indica qué debe jugar, y el otro, Walter, le promete que si gana compartirá el dinero, pero no cumple. Yo le decía al presidente Lula, que mi personaje era como Fernando Henrique Cardoso, mientras que el chico, bueno de corazón, con una excelente filosofía de vida, era como él.
«Ciertamente, Fernando Henrique Cardoso fue un reconocido sociólogo, profesor de la universidad de Sao Paulo, exiliado, impartió clases en La Sorbona, en París; sus libros eran de axilas (tal vez no se leía, mas la gente mostraba que lo tenía), pero cuando se convirtió en presidente se encantó con Washington, y traicionó sus propios ideales. No sé si es verdad —en Brasil fue asumido como tal—, pero aseguran que dijo: Olviden lo que escribí. Y como les sucedió a muchos, para mí él fue una decepción.
«Reconozco que en aquellas elecciones no voté por Lula, pensaba que aún no estaba preparado, pero en el 89 sí lo hice. Lo apoyé contra un loco nombrado Fernando Collor de Melo, una persona terrible, responsable de una red dedicada al tráfico de influencias, la extorsión y el chantaje, y eso ocurrió en Brasil. Esta vez apoyé profundamente a Lula, con la mayoría de los actores de la Rede Globo, aunque perdió, y vino Fernando Henrique, cuyo segundo mandato resultó una desgracia: privatizó todo para pagar una deuda externa que nunca saldó, fue un asalto al tesoro público. Entonces, mi Walter es como esos que quieren cambiar el mundo, pero que no saben cómo materializarlo en el día a día. Es algo muy común. Solo son comunistas de palabras».
—¿Qué decidió hacer durante el segundo gobierno de Fernando Henrique Cardoso?
—Me uní más al Partido de los Trabajadores (PT). Participé en la campaña de Lula de 2002, y luego también en la de reelección. Y tengo que decir que Lula nunca ganó fácilmente. La derecha en mi país permanece adormecida hasta que llegan las elecciones, que se despierta como si fuera un carbón aparentemente apagado que se oxigena de pronto. Pero Lula ganó, y después, cuando él indicó a Dilma Rousseff..., después de que, como siempre, se produjera un golpe mediático contra la izquierda, me percaté enseguida de que los medios estaban comprometidos totalmente con la derecha. Y yo tenía una obligación, un trabajo que hacer.
«Yo había participado dentro de la misma organización en la lucha armada contra la dictadura junto a Dilma, y sin pensarlo dos veces me dediqué a trabajar en su campaña como militante virtual. No podía poner mi nombre, porque como figura pública se nos impide hacer política —estaba al aire Insensato corazón—, sin embargo, inventé algunos nicknames en Internet. De todos los que utilicé me hice muy popular con mi @MarcosOvos. De hecho, Dilma aún me sigue llamando así: Marcos Huevos (sonríe). Ya eso lo hacíamos desde la dictadura cuando empleábamos nombres de guerra.
«Un día estábamos todos en Twitter y en Facebook haciendo campaña, y José Serra, el candidato opositor, que había vivido en Chile, aseguraba que se había graduado de economista, mas había algo medio turbio. Así que me moví hasta Chile para intentar encontrar la verdad. Permanecí allá por diez días buscando el supuesto diploma. Después de investigar lo que había sucedido, pude abrir una cámara de mi computadora y contar lo que había descubierto. Conseguí que 15 mil personas me siguieran por Twitter en ese momento. Al día siguiente Dilma me llamó por teléfono para decirme que se había quedado impresionada con la fuerza de Twitter. Ella, que no creía en eso. Ahora cuento con 75 mil seguidores políticos, no hablo de fans de televisión.
«Hace unos meses, un senador muy joven, Lindbergh Farias, quien fungió como presidente de la Unión Nacional de Estudiantes, fue electo junto con Dilma para el Senado Federal en el Estado de Río de Janeiro. Me llamó y me dijo: “Por primera vez tenemos la posibilidad de ganar el gobierno de la provincia de Río de Janeiro. Queremos tu ayuda. ¿Qué vas a hacer?”. Y me preguntó: “¿Nunca te inscribiste en el PT?”. No, le respondí. “Bueno, pues ya es hora de que lo hagas, porque te vamos a presentar como candidato a diputado federal».
—¿Y cómo usted reaccionó?
—¡Es una locura! (sonríe).
—Pero aceptó...
—No, le dije: vamos a pensarlo, y llamé a Lula, quien me recibió y conversamos durante dos horas. Decidí que participaría en una caravana política junto a este joven senador, para revivir lo mismo que hizo Lula hace 15 años. Mas no sé si saldré candidato o no, aún tiene vigencia, hasta diciembre de 2014, mi contrato con Rede Globo. De cualquier manera es la primera vez que el PT tiene la posibilidad de ascender al gobierno estadual, pero no será absolutamente fácil.
—De convertirse en diputado, la actuación podría quedarse a un lado...
—Sería un sacrificio personal grande. Por un lado, admito que bajaría ostensiblemente mi nivel de vida. Un diputado federal percibe el 15 por ciento de lo que gano, porque soy un actor bien cotizado. Bueno, tengo cinco hijos, cuatro nietos, y se me va bastante en pensión alimenticia (sonríe). Pero por el otro, siento que un cambio sería importante para Brasil, para el PT, para mí. Con mis 66 años, sé que puedo hacer cosas en el Parlamento brasileño. Reconozco que me gusta mucho la política. He estudiado a profundidad el pensamiento del Che, de Fidel, de Allende. He realizado muchos filmes políticos. Y presiento que desde esa tribuna mi colaboración puede ser más importante para el pueblo brasileño que hacer novelas.
«Sin embargo, amo ser actor. Por eso para mí sería un sacrificio enorme abandonar mi carrera, aunque solo sea por cuatro años. Me han propuesto, incluso, la secretaría de Cultura en Río aunque no quede como candidato, lo cual me permitiría hacer teatro y cine. Televisión sería difícil... Entonces, esa es la situación.
«Entre muchas otras razones, vine a Cuba ahora, porque sentía que ello me podía ayudar a tomar una decisión. Hacía años que quería conocer esta Isla, mas me lo impedía el trabajo, la familia».
—¿De qué manera se involucró con la política y la cultura?
—Cuando llegué a Sao Paulo con 14 años —mi madre era una ama de casa y apenas podíamos subsistir—, comencé a trabajar como mandadero, lo cual hice hasta los 18 años. Luego me puse a estudiar Química industrial, porque eso me daría dinero más rápido. Más tarde matriculé en la Facultad de Derecho, donde inicié mi actividad política.
«En ese primer año de Derecho dos cosas me marcaron: la dictadura se hizo más cruda, justo cuando Fidel, el Che y John Lennon se habían convertido en mis ídolos, al tiempo que existía un grupo de teatro muy prestigioso en Brasil nombrado Tuca (Teatro de la Universidad Católica), que había vencido en un concurso internacional de teatro en Francia (el mismo que lanzó a Chico Buarque como cantante). Y yo, en las noches, venía a hacer teatro político en Tuca.
«Ambas cosas me conquistaron: la política y el arte teatral. Y seguí con las dos hasta que me encarcelaron por las dos cosas. Cuando salí de la prisión a los tres meses, la extrema derecha sacó del poder a la propia derecha y acabó con todos los derechos institucionales. Los militares le usurparon al pueblo todos sus derechos. Usaron las armas del pueblo para sacrificar al pueblo. Eso fue para mí una lección que nunca olvidaré».
—Fue una película como La intrusa la que le abrió las puertas en Rede Globo...
—Tras regresar del exilio fui a residir en Río Grande del Sur, pero después de unos años volví al teatro como productor, porque aún había miedo de la dictadura. Ya era padre de dos hijos y La intrusa me cayó del cielo (resultó una película muy reconocida en mi país). Se inspiraba en un cuento de Jorge Luis Borges y utilizaba música de Piazzolla. Se rodó en Río Grande, en una ciudad llamada Uruguaiana, en la frontera con Argentina. Era una producción brasileña dirigida por el cineasta argentino Carlos Hugo Christensen, y yo acerté en el personaje. Hasta hoy creo que La intrusa es la obra más importante de mi carrera.
—¿Cuántas telenovelas ha hecho hasta la fecha?
—Creo que 42, ya llevo 32 años en Globo. Salí de esta televisora con Jayme Monjardim, el director de La casa de las siete mujeres (vista en Cuba como Siete mujeres), para hacer una obra con la ya extinta Red Titular, la cual se llamaba Pantanal; otro éxito inmenso de público. Pero luego volví a Rede Globo para no marcharme más.
Acaba de actuar en este 2013 en una película nombrada El tiempo y el viento.
—Primero hice, en 1985, la miniserie El tiempo y el viento, también con Jayme Monjardim, quien me llamó para que hiciera la película. El tiempo y el viento es una novela de Erico Verissimo, uno de los escritores fundamentales de mi país. Interpreté un papel muy pequeño. Jayme quería aprovechar la barba que tenía en el Nilo de Avenida de Brasil. Ahora me presento en la pieza teatral Bonifácio Bilhões, esperando a que me llamen para rodar otra telenovela.
Todavía se habla en Brasil de su Nilo de Avenida...
—Se exhibió el año pasado, y participé como uno de los protagonistas. Avenida Brasil fue una locura. Paró mi país, como en su tiempo lo consiguió Roque Santeiro. Y es que llevó a la TV el Brasil de Lula: la ascensión dentro de la sociedad de los más pobres. Presenta una chica que inventó una manera de alisar el cabello de los negros. Es una historia real que inspiró al guionista, quien incluye entre sus personajes a un futbolista que después de conseguir fama en Europa se jubila a los 35 años, y en lugar de vivir en Ipanema o Copacabana, volvió a su barrio de origen. El pueblo adoró Avenida Brasil.
—En Cuba lo hemos admirado en La Muralla, La casa de las siete mujeres, Señora del destino, ahora en Insensato corazón... Si pudiera elegir, ¿cuál de sus telenovelas le gustaría que se exhibiera acá?
—Bueno, La casa de las siete mujeres es una obra magnífica, un trabajo muy intenso, y me da mucho orgullo haber estado en su equipo de realización. Como comedia tal vez sería bueno que se viera Ti Ti Ti (1985), donde me convertí en Chico. También seleccionaría la miniserie Años dorados (1986), sobre la época cuando surgió la bossa nova en la música y el Cinema Novo en el cine. Ahí interpretaba a un mayor de la aeronáutica, apasionado por las mujeres... En fin, me gusta todo lo que he hecho, tanto, que no consigo pensar mi vida sin actuar.

por
José Luis Estrada Betancourt
estrada@juventudrebelde.cu
TRADUZIDO:

Política e arte são as maiores paixões de José Pereira de Abreu, que interpreta o personagem de Milton Castellani em Coração tenovela brasileiro Foolish
Duas paixões mover a existência do famoso ator brasileiro José Pereira de Abreu: desempenho e política. Quando se chega a eles, seu coração se torna tão "tolo", como a dos personagens da novela popular, onde ele joga Milton Castelani, e agora transmite Cubavisión, em horário nobre na terça-feira, quinta e sábado.
Bem, na verdade, há uma terceira paixão em José de Abreu, como é conhecido no mundo da arte: redes sociais online, especialmente no Twitter, o que lhe permitiu entrar em contato com Roberto Suarez, JR fotojornalista que transformar facilitou esta entrevista, quando soube que o Nilo da Avenida Brasil, o último grande sucesso da Globo, viria a Cuba.
Ele aprendeu tangos e boleros espanhóis ouvindo a 50, 60. Parece que tem alguma facilidade para línguas, porque opera livremente com os italianos, francês, inglês, e nunca estudou. "Se eu pretendo falar-lhes bem, quando eu começar a cometer erros (risos)."
- E um bolero que particularmente gosto?
-Infinity deles: O relógio, Besame Mucho, Talvez, talvez, talvez ... Eu poderia lhe dar uma lista de 50, como o tango. Na peça penúltimo em que eu participei, eu comecei a cantar Cambalache. O mundo foi e é uma bagunça / Eu sei / no 506 / e dois mil também ... (Sua voz soa boa música). Cambalache você veio para este grande pedaço de falar sobre corrupção, ética, política, coisas assim ...
"Agora estou fazendo um outro jogo chamado Bonifácio bilhões, que também discute a ética, a honestidade e poder, a partir da relação entre um economista, professor universitário e escritor, constantemente indo para a loteria, e um jovem vendedor de doces. Uma vez que, este, Bonifacio, diz-lhe o que jogar, e outro, Walter, promete dividir o dinheiro se ele ganha, mas não consegue. Eu disse ao presidente Lula, meu personagem era como Fernando Henrique Cardoso, enquanto o menino, de bom coração, com uma grande filosofia de vida, era como ele.
"Certamente, Fernando Henrique Cardoso foi um renomado sociólogo, professor da Universidade de São Paulo, no exílio, lecionou na Sorbonne, em Paris, seus livros eram de axilas (talvez não ler, mais pessoas tivessem mostrou-lhe) Mas quando ele se tornou presidente ficou encantado com Washington, e traiu seus próprios ideais. Eu não sei se é verdade no Brasil foi tomado como tal, mas garanto que disse: Esqueça o que eu escrevi. E como aconteceu a muitos, para mim foi uma decepção.
"Eu reconheço que nessas eleições não votar em Lula, achei que ele não estava pronto, mas em 89 eu fiz. Encostei-me um louco chamado Fernando Collor de Melo, uma pessoa terrível, responsável por uma rede dedicada a influenciar extorsão tráfico, e chantagem, e que aconteceu no Brasil. Desta vez, apoiei Lula profundamente, com a maioria dos atores da Rede Globo, que perdeu, e Fernando Henrique vinho, cujo segundo mandato foi uma vergonha: tudo privatizado para pagar uma dívida que nunca terminou, foi um assalto ao erário público . Então meu Walter é como aqueles que querem mudar o mundo, mas não sabe como materializar no dia. É muito comum. Os comunistas são só palavras. "
- O que decidiu fazer durante o segundo governo de Fernando Henrique Cardoso?
Mais-que se juntou ao Partido dos Trabalhadores (PT). Participou da campanha de 2002, Lula, e mais tarde na reeleição. E eu tenho que dizer que nunca venceu Lula facilmente. Bem no meu país permanece dormente até que as eleições vêm, você acorda como um carvão que é oxigenado aparentemente fora de repente. Mas Lula ganhou, e então quando ele disse a Dilma Rousseff ... depois que, como sempre, houve um golpe de mídia contra a esquerda, notei imediatamente que a mídia estava totalmente comprometida com o direito. E eu tinha uma obrigação, um trabalho a fazer.
"Eu tinha participado na mesma organização na luta armada contra a ditadura com Dilma e, sem hesitar, comecei a trabalhar em sua campanha como militante virtual. Eu não poderia colocar o meu nome, como uma figura pública, porque estamos impedidos de fazer política-era tolo corações ao ar, no entanto, alguns apelidos inventou a Internet. De tudo o que eu costumava me tornou muito popular com os meus MarcosOvos @. Na verdade, eu ainda continuar chamando Dilma também: Marcos Ovos (sorrisos). Agora que fizemos da ditadura quando usamos nomes artísticos.
"Um dia estávamos todos no Twitter e no Facebook a campanha, e José Serra, o candidato da oposição, que viveu no Chile, afirmou que ele havia se formado como economista, mas não havia meio turva algo. Então me mudei para o Chile para tentar encontrar a verdade. Fiquei lá por 10 dias em busca do diploma do curso. Depois de investigar o que tinha acontecido, eu poderia abrir uma câmera no meu computador e dizer o que tinha descoberto. Conseguir que 15 000 pessoas me seguem no Twitter na época. Dilma dia seguinte, telefonou para me dizer que estava impressionado com o poder do Twitter. Ela não acreditava nisso. Agora tenho 75 mil seguidores políticos, os fãs não falar sobre televisão.
"Alguns meses atrás, um muito jovem senador Lindbergh Farias, que foi presidente da União Nacional dos Estudantes, junto com Dilma foi eleita para o Senado no Estado do Rio de Janeiro. Ele me chamou e disse: "Pela primeira vez temos uma chance de ganhar o governo da província do Rio de Janeiro. Nós queremos a sua ajuda. O que você vai fazer? ". E eu perguntei: "Você já inscritos no PT?". Não, eu respondi. "Bem, é hora de você fazer, porque você está indo para o arquivo como um candidato a deputado federal".
- E como você reage?
- Isso é loucura! (Smiles).
-Mas ele concordou ...
-Não, eu disse que pensava, e chamou Lula, que me recebeu e conversamos por duas horas. Eu decidi participar de uma caravana política com este jovem senador, para reviver Lula, como fez há 15 anos. Mas eu não sei se eu vou sair candidato ou não, ainda é válido até dezembro de 2014, meu contrato com a Rede Globo. De qualquer maneira é a primeira vez que o PT é capaz de ascender ao governo do estado, mas não muito fácil.
-De tornar-se deputado, atuando poderiam ficar de fora ...
Seria um grande sacrifício pessoal. Por um lado, eu admito que aparentemente iria baixar meu padrão de vida. Um congressista recebe 15 por cento do que eu ganho, porque eu sou um ator é altamente valorizada. Bem, eu tenho cinco filhos, quatro netos, e estou fazendo bonito na pensão alimentícia (sorrisos). Mas, por outro lado, sinto que uma mudança seria importante para o Brasil, para o PT, para mim. Com meus 66 anos, eu sei que posso fazer as coisas no Parlamento brasileiro. Eu admito que eu gosto de política. Tenho estudado em profundidade o pensamento de Che, Fidel, de Allende. Eu fiz muitos filmes políticos. E eu sinto que a minha plataforma de colaboração que pode ser mais importante para o povo brasileiro para fazer novelas.
"Mas eu amo ser um ator. Então, para mim seria um enorme sacrifício para desistir da minha carreira, mesmo que apenas por quatro anos. Propus, incluindo o Ministério da Cultura no Rio, embora não sendo um candidato, e que me permite fazer teatro e cinema. Televisão seria difícil ... Então essa é a situação.
"Entre muitas outras razões, eu vim a Cuba agora, porque eu senti que poderia me ajudar a tomar uma decisão. Por anos eu queria saber isso Island, mas o trabalho me parou, a família. "
- Como ele se envolveu com política e cultura?
-Quando eu vim para São Paulo com 14 anos de minha mãe era dona de casa e mal conseguia sobreviver, eu comecei a trabalhar como porteiro, o que fiz até os 18 anos. Então eu estudei indústrias químicas, porque iria me dar dinheiro mais rápido. Mais tarde, ele se matriculou na Faculdade de Direito, onde eu comecei a minha atividade política.
"Nesse primeiro ano de Direito marcou-me duas coisas: a ditadura tornou-se mais cru, assim como Fidel, Che Guevara e John Lennon se tornou meus ídolos, enquanto havia um grupo de teatro de muito prestígio no Brasil, chamado Tuca ( Teatro de la Universidad Católica), que venceu um concurso internacional em França teatro (o mesmo que lançou como cantor Chico Buarque). E eu, à noite, veio para fazer Tuca teatro político.
"Ambos me conquistou: política e arte teatro. E eu fui com os dois até que foi preso por ambos. Quando saí da prisão, depois de três meses, o deposto de direita para a direita em si e os destruiu a todos os direitos institucionais. O militar usurpado as pessoas os seus direitos. Eles usaram armas para matar as pessoas da aldeia. Isso foi para mim uma lição que eu nunca vou esquecer. "
"Foi um filme como The Intruder, que abriu portas em Rede Globo ...
Depois de voltar do exílio, foi viver no Rio Grande do Sul, mas depois de alguns anos voltei para o teatro como produtor, porque há ainda estava com medo da ditadura. Agora, o pai de dois filhos eo intruso caiu no meu colo (um filme era bem conhecido no meu país). Foi inspirado por um conto de Jorge Luis Borges e música de Piazzolla usado. Foi filmado no Rio Grande, em uma cidade chamada Uruguaiana, na fronteira com a Argentina. Produção brasileira foi dirigido por cineasta argentino Carlos Hugo Christensen, e eu estava certo em caráter. Até agora, eu acho que o intruso é o mais importante da minha carreira.
- Quantas novelas tem feito até à data?
"Eu acho que 42, eu passei 32 anos no Globo. Saí com Jayme Monjardim esta televisão, o diretor de A Casa das sete mulheres (observados em Cuba como sete mulheres), para fazer um trabalho com o Chefe extinta Vermelho, que foi chamado de Pantanal, outro imenso sucesso público. Mas depois voltei para a Rede Globo para não deixar mais.
-Basta agir neste filme 2013 chamado O tempo eo vento.
-Primeiro eu fiz, em 1985, a minissérie O tempo eo vento também Monjardim Jayme, que me chamou para fazer o filme. Tempo e do vento é um romance de Érico Veríssimo, um dos escritores fundamentais do meu país. I teve um papel muito pequeno. Jayme queria tirar a barba que ele tinha na Avenida Nilo Brasil. Agora eu estou na bilhões jogo Bonifácio, esperando para me chamar para filmar outra telenovela.
-Ainda falado no Brasil do Nilo Avenue ...
Ele mostrou no ano passado, e participou como um dos protagonistas. Avenida Brasil era louco. Parei o meu país, e em seu tempo ele tem Roque Santeiro. E é que a TV foi o Brasil de Lula: a ascensão na sociedade dos mais pobres. Apresenta uma garota que inventou uma maneira de arrumar o cabelo dos negros. É uma história real que inspirou o escritor, que inclui entre seus personagens um jogador que depois de obter fama na Europa está se aposentando aos 35 anos e, em vez de viver em Ipanema ou Copacabana, voltou para sua ala. As pessoas adoraram a Avenida Brasil.
Em Cuba temos admirado na parede, a casa das sete mulheres, Senhora do destino, corações, agora tolas ... Se eu pudesse escolher, qual das suas novelas gostaria de expor aqui?
Bem, A casa das sete mulheres é um magnífico trabalho, trabalho muito intenso, e eu estou orgulhoso de ter estado em sua equipe de filmagem. Como uma comédia pode ser bom para ver Ti Ti Ti (1985), onde se tornou o Chico. Também iria selecionar as minisséries Anos de Ouro (1986), sobre o momento em que a bossa nova surgiu na música e no cinema Cinema Novo. Lá, ele desempenhou um grande aeronáutica, mulheres apaixonadas ... De qualquer forma, eu gosto de tudo que eu fiz, para que eu não consigo pensar minha vida sem agir

Nenhum comentário: